viernes, 3 de julio de 2015

Crítica: Papers, please (PC)

Género: Puzle, Simulación, Indie

Desarrollador: 3909

Jugadores: 1

Precio: 8,99€

Formato: Digital

Lanzamiento: 08/08/2013

*Nota: Esta crítica también puede verse en el blog Tales of Fanaku.

Un indie en toda regla

Papers, please es un juego que no ha pasado desapercibido en el mundo de los videojuegos. Creado por el desarrollador independiente Lucas Pope bajo la desarrolladora 3909 en plena mitad de 2013, Papers, please se ha convertido en un referente de los juegos indies para ordenador en los últimos años, pues su original y distintiva mecánica y su historia, ambientada en un ficticio estado comunista en donde el humor y el miedo a no fallar están presentes a partes iguales, han conquistado a todo tipo de crítica especializada en uno de los sectores con más auge en pleno siglo XXI. Está claro que el juego de Pope ha sido un plato de buen gusto tanto para jugadores casuales como para expertos, y no es para menos sus más de quince premios que lo consideran un juego indispensable para cualquiera que tenga un ratón y una pantalla. Está claro que Papers, please es un indie en toda regla pero, ¿a qué se debe su éxito?

Sumergidos en una época en donde la calidad gráfica, la acción y los FPS priman ante todo, y en donde el éxito casi siempre lo tienen las costosas obras de manos de grandes empresas de videojuegos, tales como las conocidas Nintendo o Sony, hace prácticamente muy poco tiempo empezaron a hacerse un hueco en el mercado los juegos indie, los cuales hoy en día son una pieza fundamental dentro del gran sector de los videojuegos. Al igual que la música o el cine independiente, estas empresas, formadas normalmente por muy pocas personas, han crecido exponencialmente en la última década, todo ello gracias a Internet y a la aparición de herramientas y programas, haciendo de esta manera una industria de videojuegos indie posible, llena de posibilidades para los creadores y de un sinfín de videojuegos para todo tipo de público, independientemente de su edad o de su nivel económico. Muchos de ellos, derrotados por la grandes compañías, apenas han sido conocidos pero, en cambio, ha habido otros que se han hecho un hueco en la colección de muchas personas, metiéndolas en unas experiencias que muchos videojuegos AAA no son ni serían capaces de dar.

Dentro de esa industria indie está Lucas Pope, creador de Papers, please. A pesar de haber trabajado anteriormente en Naughty Dog, Pope dejó atrás su colaboración en la misma tras el desarrollo de algunos juegos de la franquicia Uncharted y se metió en el mundo del los videojuegos independientes desarrollando desde finales de 2012 el que iba a ser el juego más conocido y exitoso de su carrera. Trabajando con el lenguaje de programación Haxe y NME Framework, ambas aplicaciones de código abierto, Lucas Pope terminó Papers, please en nueve meses, creando así un juego que refleja sus tensas experiencias migratorias poniendo al usuario no en el papel del inmigrante, sino en el papel del inspector, responsable de detener al típico héroe que intenta pasar por la garita de inspección.

Esta fresca y original mecánica ha hecho que el videojuego de Pope sea uno de los videojuegos indie más valorados en los últimos tiempos, llevándose unas notas que llegan al sobresaliente de manos de importantes críticos, páginas webs y revistas especializadas en videojuegos. Con ello, no es de extrañar que el juego llegue tarde o temprano a otras plataformas como iPad o PlayStation Vita, al igual que hicieron muchos otros juegos de éxito en su tiempo, y es que con premios como los del Independent Games Festival, Game Developers Choice Awards o el BAFTA recibido en marzo del año pasado, Papers, please se ha convertido en un juego de renombre y una aventura más que obligatoria para los gamers más profesionales como para aquellos jugadores más casuales.


Felicidades, te ha tocado la lotería

Como ya hemos comentado anteriormente, Papers, please está basado en las experiencias migratorias de Lucas Pope. Sin embargo, en el juego no somos Pope, ya que somos un agraciado ciudadano de la ficticia república comunista de Arstotzka al que le ha tocado la lotería, pero no una lotería cualquiera: la lotería laboral. Es 1982 y las cosas no son fáciles en Arstotzka: el estado acaba de salir de una guerra con el país vecino y, en el fondo, que te toque la lotería laboral es como si te tocara la lotería. Gracias a ella tienes un trabajo como inspector de migración y tú tanto como tu familia le ha sido asignada una vivienda de clase 8 en Grestin oriental, lo cual hace que uno se sienta afortunado por ello. Sin embargo, las cosas no son tan fáciles como parecen, y tu trabajo aún menos, pues tanto los inmigrantes como el propio Ministerio de Admisiones no son tan tontos como aparentan.


De esta manera nos ponemos en la piel del protagonista de este juego de simulación, cuya tarea no es más que sellar con “Aceptado” o “Denegado” pasaportes de los solicitantes en nuestra garita situada en el puesto fronterizo de Grestin, reabierto seis años después de la guerra con Kolechia. Gracias al periódico nacional “La verdad de Arstotzka” y al boletín oficial del Gobierno que hacen la función de tutoriales y de ayuda, debemos inspeccionar todos los documentos de los inmigrantes que llegan a la garita teniendo a nuestra disposición varias herramientas para determinar si los papeles de los solicitantes están en orden. Todo esto con el objetivo de dejar paso a personas que quieren trabajar en el país, vivir con sus familias o pasar unas vacaciones en Arstotzka, o mantener fuera del país a personas con documentación falsa y también no deseadas, tales como terroristas, convictos o contrabandistas.

Cada día el periódico y el boletín oficial se irá actualizando, todo ello dependiendo de nuestras acciones del día anterior, agregándose así nuevas reglas, tales como negarle la entrada a ciudadanos de determinados países o exigir documentación actual de los ciudadanos propios. Según lo que hagamos, sea seguir el orden y ser un fiel ciudadano arstotzko o guiarnos, por otro lado, por nuestro instinto y nuestras emociones, la historia irá por un camino diferente pues en Papers, please no tendremos un único final, sino veinte finales completamente distintos, donde solo uno sería el considerado “correcto”, dándote, una vez llegado a ese final, la clave para desbloquear otro modo del juego además de este modo Historia, el modo Eterno, del cual hablaremos más adelante. El resto de los diecinueve finales nos harán que empecemos de nuevo desde el día que elijamos (siendo el último de los días el último en donde habíamos llegado en la partida anterior), dándonos de esta manera la opción de comenzar el día deseado las veces que queramos para conseguir todos los finales o para repetir la jornada con el objetivo de conseguir un mejor resultado.


Lleguemos al final que lleguemos, cada día nos tocará seguir unas pautas para ir avanzando en el juego. Nuestra función, como ya hemos comentado, es permitir o no la entrada de ciudadanos del país y ciudadanos extranjeros dentro de las fronteras de la gran Arstotzka, pero para ello debemos fijarnos minuciosamente en los datos de sus documentos. Según las reglas del boletín oficial del estado, a la mínima discrepancia que veamos (como si su documento ha caducado o su cara no corresponde a la de su foto) tendremos que interrogar a nuestros viajeros y, según lo que nos hayan contestado o aportado, sellaremos con “Aceptado” o “Denegado” su pasaporte y posteriormente le devolveremos sus documentos para que pase cuanto antes el siguiente. Dependiendo de las discrepancias que encontremos, tomaremos las huellas dactilares o haremos la prueba de rayos X a nuestros solicitantes, encontrándonos muchas veces unos resultados bastante inesperados. En ocasiones, tendremos la oportunidad de arrestar a los solicitantes e incluso muchos de ellos intentarán sobornarnos con objetos o dinero con con el fin de dejarles paso.

Ese dinero, sea producto de los sobornos o de las detenciones, estará detallado al final del día junto a nuestro salario, un salario que dependerá de la cantidad de solicitantes que hayamos recibido a lo largo de nuestra jornada. Por cada individuo que procesamos, sea aceptado o rechazado, obtendremos más o menos dinero que emplearemos en pagar los gastos de tu casa y en garantizar el bienestar y la vida de tu familia o para ahorrar o usarlos en otras necesidades individuales. Algunas veces ese dinero será menor debido a las amonestaciones que tengamos al fallar en la revisión de los documentos de los solicitantes o por infringir las normas del Ministerio (como colgar cuadros no autorizados en tu garita), por lo que deberemos de tener cuidado en tomar las decisiones para no acabar lamentándolo. Si no puedes cuidar de tu familia, estos enfermarán y morirán, terminando la partida por acabar en la cárcel por ser un mal patriota. De una manera u otra, no debemos entretenernos demasiado con las personas que pasan por nuestra ventanilla, pues el tiempo es oro, y tu permanencia como inspector de migración en la frontera de Arstotzka, también. 

Una peculiar aventura al más puro estilo retro de 8 bits

Hoy en día cuando hablamos de videojuegos a todo el mundo que no conoce la industria se le viene a la cabeza un prototipo de videojuego con los mejores gráficos y con unos detalles espectaculares. Sin embargo, nadie o muy poca gente piensa en los juegos con estética retro y con sonido de 8 bits, esos que existían desde el origen de los videojuegos hasta hace prácticamente unos años. No obstante, en la actualidad existen todo tipo de videojuegos, con una infinidad de historias, géneros y estéticas, y por supuesto, más aún con los indies, siguen existiendo los videojuegos con estética al más puro estilo retro como antaño. Dentro de ellos está Papers, please, un juego al que este tipo de estética le viene que ni pintada.



La estética de Papers, please redondea la narrativa del juego, mostrándonos unos personajes construidos a base de píxeles que encajan como si fueran grandes bloques de hormigón, apagados por el horror de la guerra y por la escasez de esperanza que inculca un gobierno que pretende parecer noble y una banda que muestra inseguridad. Solo con este estilo gráfico y sonoro es posible evocar los países del este y su conservador estilo de vida y su comparación con la opresión en la frontera y en el gobierno de Arstotzka, trasladando a quien lo juegue a plena década de los ochenta gracias a este original tipo de narrativa que lo hace funcionar a la perfección. 

En cuanto a la duración del juego, tenemos ante nosotros un juego que nos enganchará y que nos hará que lo terminemos en menos de cinco horas, pasando más de un final y llegando al último de ellos. Cada vez que nos pasemos un final, llegaremos a una pantalla que nos mostrará nuestro tiempo de juego, un tiempo que no es el total de todas las partidas jugadas, sino de dicha partida en cuestión. Además, Papers, please no es para nada un juego difícil, por lo que cualquier persona con una experiencia mínima en videojuegos se lo puede pasar sin problemas. De todos modos, una vez pasado el último final del juego, desbloquearemos el modo fácil por si queremos pasarnos de nuevo la historia principal del juego con menos dificultad.

Por otra parte, además del Modo Historia tendremos el Modo Eterno, otra manera diferente de jugar a Papers, please en donde tendremos la oportunidad de jugar tres modelos diferentes de juego en donde el jugador podrá compartir su posición en el ranking en línea con otros jugadores: contrarreloj (atender a tantos viajeros como sea posible en 10 minutos), perfección (en donde terminaremos la partida cuando tengamos la primera sanción) y resistencia (acabaremos el juego cuando tengamos balance negativo de nuestras ganancias). Un modo dirigido a todos aquellos que les ha sabido a poco el trabajo como inspector de migración.


Gloria a Arstotzka

No hay duda de que Papers, please es un juego sencillo, adictivo y lleno de situaciones y acciones de todo tipo de las que dependen tu permanencia como inspector de la frontera de Arstotzka. Sin embargo, para llegar a nuestro objetivo tenemos que superar lo más importante: los dilemas morales. Como buen ciudadano de Arstotzka, debemos seguir a rajatabla las órdenes que nos dan los de arriba, pero ¿permitiríamos la entrada a una supuesta esposa de un ciudadano a pesar de no tener los documentos en regla? ¿Protegeremos a la chica que huye de su chulo el cual pretende entrar al país para poder asesinarla? ¿Apoyaremos a los terroristas que intentan derrocar la dictadura del gobierno de la república o seremos leales a las órdenes de nuestro corrupto país?

Estas cuestiones hacen que el juego sea divertido y entretenido, consiguiendo que el jugador elija según lo que le dicte su corazón. ¿Ser fieles o contrarios a un país que nos vigila y que nos hace siervos de sus políticas? Estamos ante un retrato social y distópico en el que entramos de lleno cada vez que alguien se asoma a nuestra garita, una clara estampa del estado totalitario que nos sitúa como una pieza más en el proceso kafkiano. 


Papers, please es todo un ejemplo del éxito de la industria de los videojuegos indie, y una oportunidad clara para adentrarse en ella profundamente. Al contrario que los juegos de las grandes compañías, el juego de Lucas Pope ha conquistado los corazones de muchos videojugadores y de críticos expertos en el sector con solo un par de programas de código abierto y una estética retro que junto a su original mecánica y su distópica y social narrativa hacen de la creación de Pope un cóctel perfecto. Sin duda, un juego que ha marcado historia en la industria y que todo el mundo, sea o no amante de los videojuegos, debería probar.

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